De Miguel de Cervantes
Edición del IV Centenario. Real Academia Española. Asociación de Academias de la Lengua Española. Impreso en Octubre 2004. Sao Paulo Brasil.
Cervantes en su Quijote, siempre anda haciendo trampas, ironías y pillerías. En el Prólogo, escrito por el mismo, pero basado en supuestos consejos de un amigo, dice en la parte final de la prosa, que “Procurad también que, leyendo vuestra historia, el melancólico se mueva a risa, el risueño la acreciente, el simple no se enfade, el discreto se admire de la invención, el grave no la desprecie ni el prudente deje de alabarla. En efecto, llevad la mira puesta a derribar la máquina mal fundada de estos caballerescos libros…que si esto alcanzásedes, no habríades alcanzado poco”.
En otras palabras, Cervantes, aparentemente tenía un objetivo bien modesto, la de fomentar la buena lectura, por supuesto entre los que sabían leer. Por eso es que quería mofarse de los libros de caballeros andantes, damas enamoradas y batallas impensadas, para de esa manera entusiasmar a la nobleza y elite española a no perder tiempo en tonterías y leer obras de más provecho. Es como si Cervantes viviera hoy y escribiera sobre alienígenas ancestrales. Ya volveremos sobre este punto.
Estamos contestes que para Cervantes, la buena lectura era un objetivo, que de manera brillante lo desarrolla en el episodio de la quemazón de libros, que los familiares y vecinos del Quijote encontraron como solución final a la enfermedad de éste. Allí aprovecha Cervantes para hacer una crítica de libros, entre otros de “La Araucana” de Alonso de Ercilla, sobre la confrontación de españoles y mapuches, destacándola como ejemplo de poesía épica. El territorio chileno y la naciente nación, aparecen pues en esta obra maestra. Y de paso diremos que, de acuerdo a investigaciones históricas, efectivamente el consumo de libros de caballería disminuyó ostensiblemente después de la publicación del Quijote.
Pero nada, la modestia declarada por Cervantes en sus propósitos es solo un vil engaño. Cervantes en su Quijote tuvo muy claro que el disparo iba más elevado. No por nada, en el inicio del Prólogo señala “Desocupado lector: sin juramento me podrás creer que quisiera que este libro, como hijo del entendimiento, fuera el más hermoso, el más gallardo y más discreto que pudiera imaginarse” (En nota al pie de página, los editores señalan como sinónimos de discreto: juicioso y perspicaz). Ciertamente, para despistar sobre este fin, Cervantes inmediatamente se “tira al suelo” exclamando que “…no he podido yo contravenir al orden de la naturaleza, que en ella cada cosa engendra su semejante. Y, así, ¿qué podía engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío, sino la historia de un hijo seco…?.
¿Cuál es entonces el verdadero objetivo de Cervantes?
Se viene a mi memoria una lección de un profesor de sociología en la Universidad, que decía más o menos así. Uno de los roles del sociólogo es ser conciencia crítica de la sociedad. Antes de que apareciera la profesión, este rol lo cumplían de manera relevante los literatos. Así, cuando leí ya en mi adultez el Quijote de manera voluntaria y no obligatoria como en la escuela, encontré que se cumplía a cabalidad tal aserto y mucho fue mi entusiasmo que hasta me atrevo a dedicarle estas líneas. Esta visión del Quijote como una obra de crítica social, o de filosofía social, supera por mucho aquellas primeras lecturas colegiales que destacaban las ingeniosas aventuras y sobre todo la confrontación y diálogo entre una personalidad idealista – quijotesca versus la práctica – sanchopancesca.
Solo a modo de provocación al lector, revisaremos someramente algunas escenas de nuestro ingenioso hidalgo, que fundamentan nuestra postura:
Los molinos de viento reflejan tanto la locura (pérdida del sentido de la realidad) para derrotar la maldad de los gigantes, como la sensatez de la señora Juanita que tiene poco estudio y letras pero que es capaz de decir como Sancho “vuestra merced,… no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas que, volteadas del viento hacen andar la piedra del molino”.
Si Sancho Panza viviera hoy y hubiera tenido estudios le habrá dicho algo como: Señor, para enfrentar a esos supuestos gigantes, no es llegar y embestirlos, debe tener un diagnóstico claro sobre cómo actúan y cuáles son sus fortalezas y debilidades y al mismo tiempo, saber bien con qué fuerzas usted cuenta.
Si Sancho viviera en Chile, podría decirle a nuestros gobernantes: Fíjense bien qué es lo que quieren destruir. El neoliberalismo o el capitalismo, puede estar lleno de gigantes, pero no son tan malos ni tan debiluchos como para embestirlos con una simple lanza. Fíjense que el lucro (las aspas) es la base de la economía de países tan disímiles como China, Singapur, Francia, Estados Unidos, Irlanda, Suiza, India, Arabia Saudita, o sea de casi todo el mundo. Es verdad que las aspas pueden derribar a un inocente, pero sin ellas no se puede hacer harina.
Pero, atención, también podría decirle a otros: Escuchen y pongan atención, las desigualdades en la distribución de la torta, o las inequidades de tantos corruptos encumbrados, no es cuento comunista ni producto de la envidia de los perdedores y flojos.
Cervantes en esta escena, va de lleno contra aquellos y aquellas que ven la realidad de una manera tan sesgada o ideologizada que se les escapa lo evidente, lo sensato, lo cuerdo. Un diagnóstico insensato que desfigura la realidad, lleva solamente a calamidades…”hizo la lanza pedazos, llevándose tras sí al caballo y al caballero, que fue rodando muy maltrecho por el campo”.
En otro episodio sobre un bálsamo mágico, el Quijote confunde a monjes con malvados secuestradores, a los cuales ataca sin miramientos, pero es derrotado por un Vizcaíno y queda muy malherido. Don Quijote dice tener en su memoria la receta de un bendito bálsamo que cura todas las heridas. Se despierta la ambición de Sancho que encuentra aún más lucrativo este bálsamo que el ser gobernador de la famosa “ínsula”. Sancho está obnubilado por la oferta populista del Quijote. Y se dice a si mismo que con la venta del bálsamo, “no he menester yo más, para pasar esta vida honrada y descansadamente”.
Es lo mismo que sucede con aquellos conciudadanos que sin pensarlo mucho creen a los “vendedores de humo”, en los “ofertones de temporada”, en la magia de la distribución, en suma, en los malsanos líderes populistas que han infectado nuestra región Latinoamericana. Chávez pudo distribuir la plata derivada del alto precio del petróleo. Muchos venezolanos y venezolanas creyeron que Chávez había elaborado un bálsamo eterno. Cervantes nos quiere decir que las cosas cuesta producirlas, que la plata no cuelga de los árboles, ni sale de la “billetera fiscal”. Es por eso que Sancho formula al Quijote una pregunta básica de economía. “Pero es de saber ahora si cuesta mucho el hacelle”.
En un tercer episodio, cenando con cabreros, don Quijote, al observar bellotas doradas, le da por explicar el nacimiento de la caballería andante, partiendo por describir el dorado paraíso perdido: “Los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío. Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes…Todo era paz entonces, todo amistad, todo concordia…las doncellas y la honestidad andaban, como tengo dicho, por donde quiera…Y ahora en estos nuestros detestables siglos, no está segura ninguna…Para cuya seguridad, andando los tiempos, y creciendo toda malicia, se instituyó la orden de los caballeros andantes, para defender las doncellas, amparar las viudas y socorrer a los huérfanos y menesterosos”, etc.
Es el paraíso comunista, es la sublime anarquía, es la apacible comarca de los hobbits, son los socialismos irreales, es la América Precolombina impoluta, es la sentencia iluminista, “el hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe”, es la ciudad dorada de los césares, es la tesis del “fin de la historia”. Son puros relatos imaginarios.
La locura se define por perder juicio de realidad. Reconozcamos que los demostrados y errados mitos sobre nuestro pasado, nos hacen hablar y creer en locuras como las del Quijote. El proyecto constitucional indigenista por el cual votó el 38% de nuestros conciudadanos, fue hecho para un “país imaginario” como dijo el destacado físico José Maza. “Siento ahora que la Convención se imagina a Chile como yo me imaginaba a mí mismo siendo Charles Atlas, entonces quieren inventar un país imaginario y hacer una Constitución para el país imaginario”.
A modo de conclusión, diremos que Cervantes se esmera en criticar cierto tipo de mentalidades sociales llenas de insensatez, miopía en el juicio, diagnósticos sesgados, mitos absurdos. Queda claro entonces que la crítica a la literatura sobre la “caballería andante” es solo una excusa para presentar sus muchas veces valiosos puntos de vista que hasta el día de hoy nos pueden iluminar en la construcción de una convivencia enriquecedora, donde el bien común se busca de manera inteligente y sensata.
Demás está decir que mis categóricos y rotundos juicios sobre esta maravilla de libro, ocultan el propósito de que ellos puedan ser rebatido y contra argumentados, de tal manera que todos nos enriquezcamos de este baúl de oro y piedras preciosas.
A modo de colofón, lo que sigue es para responder de manera jocosa a una pregunta que me quita el sueño: Si el único y magno Miguel estuviera vivo, ¿sobre qué tema escribiría su Quijote?
Sin duda -para mí-, escribiría una novela sobre ovnis y alienígenas ancestrales. Su protagonista principal sería un pequeño propietario rural. Vemos algunos párrafos escogidos de esta imaginaria obra que he osado comenzar:
Es pues de saber que este sobredicho Quijote, los ratos que estaba ocioso – que eran los más del año -, se daba a leer novelas y mirar videos y programas sobre ovnis y alienígenas ancestrales, con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza, y aún la administración de su campo; y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas hectáreas cultivables, para comprar o suscribirse a series, películas, CD, y libros y así tenía en su casa todos cuanto pudo haber de ellos…. Decía él que los mejores documentales eran los de History Channel, cuando salía un señor con más pelos que seso, pero para don Quijote era deleite y sabiduría por doquier.
En resolución, él se enfrascó tanto en leer libros, mirar videos y películas, que le pasaban las noches de claro en claro y los días de turbio en turbio, y así del poco dormir y del mucho leer y mirar la tele, se le secó el cerebro de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que veía en películas, series y documentales, así de apariciones como de encuentros cercanos, luces en movimiento, humanoides, platillos voladores, abducciones, regresiones y disparates imposibles y asentósele en su imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones que veía, que para él, no había otra historia más cierta en el mundo…
En efecto, rematado ya su juicio vino a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo y fue que le pareció convenible y necesario así para el aumento de su honra como para el servicio de su república, hacerse buscador de ovnis e irse por todo el mundo con sus máquinas de video y su destartalado auto, a buscar las aventuras y ejercitarse en todo aquello que había visto y leído que los buscadores de ovni se ejercitaban, deshaciendo todo tipo de prejuicios e ignorancia y poniéndose en ocasiones y peligros donde, relatándolos y filmándolos , cobrase eterno nombre y fama… Ocupado lector, Las 1000 páginas restantes se las dejo a su imaginación o a algún novelista que quiera continuar este relato.
CMM – Diciembre 2023